BLAST Open Lisbon 2025 — partidos destacados, ambiente futbolístico y algo vacío alrededor
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  • 10:26, 02.04.2025

BLAST Open Lisbon 2025 — partidos destacados, ambiente futbolístico y algo vacío alrededor

En marzo, viajé a Lisboa para el torneo BLAST Open 2025 de Counter-Strike 2. Es un torneo grande y prestigioso con una alineación de participantes de primer nivel. Desde el punto de vista técnico, todo se veía excelente: el escenario, el sonido, la producción, la transmisión, la presentación; no había problemas con los partidos ni su ejecución. Pero si se mira más ampliamente, como un evento para los fanáticos, como un espectáculo, todo fue mucho más modesto de lo que uno esperaría.

Contingente y atmósfera — solo para los suyos

Lo más destacado de estos eventos es quién asiste. Y en BLAST era precisamente el núcleo de la comunidad de CS. Una audiencia muy especializada: eres fanático de la disciplina o fanático de un equipo en particular. No había casi curiosos, novatos, ni aquellos que vinieron solo por la atmósfera. No es como en los Worlds de League of Legends, donde se siente la masividad y festividad. Aquí todo era estricto, casi deportivo.

En cuanto al ambiente, recordaba más a un partido de fútbol, especialmente por el comportamiento del público. Los fanáticos de Vitality montaron un verdadero espectáculo: tambores, cantos, cánticos, camisetas amarillas, un verdadero apoyo organizado. A su lado, todo lo demás parecía deslucido. Los alemanes no recibieron mucho apoyo, y a Spirit se les abucheó. Muy activamente, incluso cuando Na’Vi ya había sido eliminado, la actitud hacia Spirit no cambió; era una clara antipatía por parte del público, y por la sensación, bastante consciente. Sin compasión, sin casualidad, simplemente no los esperaban ni los querían allí.

Banderas prohibidas — esterilidad en la entrada

En la entrada a la arena había una regla clara: las banderas de países están prohibidas. Esto no es casual. Dado que en Portugal hay muchos ucranianos y en el torneo había muchos rusos, los organizadores decidieron eliminar cualquier simbolismo nacional para evitar conflictos. Considerando la presencia de Spirit y Na’Vi en los playoffs, fue un paso lógico, pero, sinceramente, esto mató mucho la parte visual.

Normalmente, las banderas, pancartas y bufandas añaden el espíritu del torneo, ruido visual, una sensación de verdadero apoyo de los fanáticos. Pero aquí todo resultó un poco seco. Todo parecía un partido común en una gran sala, solo con gritos, sin color. Vitality elevó un poco la atmósfera, pero en general la arena se sentía más como un estadio que como un escenario de espectáculo.

Entretenimiento — nulo (si no cuentas los casos en la pantalla)

Desde el punto de vista de la experiencia del fanático, casi no había nada. No había stands con dispositivos, ni zona de fans, ni zonas de fotos, ni sesiones de autógrafos. Un pequeño puesto con merchandising de BLAST y eso es todo. Incluso comprar un souvenir era prácticamente imposible. ¿Quieres un ratón? ¿Auriculares? ¿Al menos una pegatina? Olvídalo.

Lo único que realmente "entretenía" a la audiencia durante las pausas era cómo en las pantallas se mostraban a los espectadores abriendo cajas en sus portátiles o tabletas. Un espectador abre una caja, sale una skin, la audiencia grita. Este fue, básicamente, el único momento de interacción entre la audiencia y el escenario. Todo lo demás era silencio y espera del siguiente round.

Sinceramente, todo esto parecía una improvisación aleatoria del director de transmisión, más que una parte planificada del espectáculo.

Comida, áreas para fumar y otros “servicios”

Con la comida, un nivel básico. La elección era pequeña: hot dogs y hamburguesas. Y comer eso era imposible; el sabor era horrible. El hot dog podía ir directamente a la basura. Dado el precio de las entradas y el nivel del evento, uno esperaría al menos un fast food decente.

Los espectadores fumadores tampoco estaban contentos: la salida al exterior estaba organizada a través de pequeñas zonas cercadas, donde todos estaban apretados como sardinas en lata. No había espacio suficiente. Parecía que nadie pensó que en un torneo de CS alguien podría fumar.

Partidos — impecables, pero el espectáculo no

Lo que definitivamente se puede alabar son los propios partidos. Producción, sonido, escenario, cámara, gráficos, todo se veía impresionante y costoso. Las explosiones de fuego al detonar la bomba, los primeros planos de los jugadores, la dinámica en la transmisión, todo impecable. Se nota que el equipo de BLAST sabe cómo hacer ciberdeportes en la pantalla.

Pero en vivo, aparte del juego en sí, faltó espectáculo, todo era estricto, al grano, sin teatro.

Impresión general — bien, pero no wow

Decir que el torneo fue malo, no se puede. Todo funcionó. Los juegos fueron espectaculares, la organización al punto. Pero como evento, como experiencia, fue insuficiente. Ni atmósfera, ni sorpresas, ni la sensación de "esto fue algo".

Si comparamos:

• Worlds de LoL en Londres — fue un verdadero espectáculo, una fiesta donde te sientes parte de algo grande.

• The International de Dota 2 — un poco más modesto, pero con alma y atmósfera característica.

• BLAST en Lisboa — de calidad, pero seco. Sin emociones, sin inmersión.

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