El gerente general del equipo Complexity de CS2, messioso, publicó en X una revelación sobre el sistema de sanciones en los torneos de BLAST, que hasta ahora había permanecido confidencial. Resulta que por violar el reglamento, los participantes del torneo reciben puntos de penalización, y acumular seis puntos en un plazo de 12 meses lleva a la descalificación de un partido.

Sin embargo, aún más interesante resultó ser la información de que anteriormente existía una regla, posiblemente aún vigente, que prohibía discutir públicamente las sanciones recibidas, lo cual resultaba en un castigo adicional para los jugadores.

Sistema de sanciones cerrado

En el mundo de los deportes electrónicos, la transparencia en los reglamentos de los torneos es un aspecto importante para una competencia justa. Sin embargo, BLAST durante años ocultó la información sobre las sanciones impuestas, comunicándolas solo directamente al equipo infractor. Esto, según messioso, es una práctica inaceptable que socava la confianza en el torneo. Según él, tales decisiones deberían ser parte de un registro público.

¿Cómo funciona el sistema de sanciones de BLAST?

Según los datos publicados, los puntos de penalización se otorgan por diversas infracciones, incluyendo el incumplimiento de obligaciones mediáticas y publicitarias. Por ejemplo, no cumplir con los requisitos de BLAST para actividades promocionales puede llevar a una advertencia o a una sanción expresada en puntos. Si un jugador o equipo acumula seis puntos de penalización en 12 meses, se verán obligados a perderse un partido.

Como ejemplo, messioso mencionó una situación con NiKo, quien dañó una mesa en un torneo. Teóricamente, por esto deberían haberle asignado al menos tres puntos de penalización, sin embargo, no hay confirmación de que se le hayan otorgado. Este enfoque hacia las medidas disciplinarias solo incrementa la crítica hacia BLAST por la falta de transparencia.

La revelación de información sobre las sanciones podría cambiar la industria de los deportes electrónicos, haciendo que las medidas disciplinarias sean más transparentes y comprensibles para los jugadores y equipos. Esto también ayudaría a combatir cualquier posible sesgo por parte de los organizadores. La apertura de BLAST sigue siendo cuestionable, pero la filtración de datos podría empujar al torneo hacia cambios.